Además, la transfobia institucional implicaba que esta política afectaba también a mujeres trans, pues se las consideraba erróneamente “hombres que tienen sexo con hombres”.
All Out ha estado trabajando por varios años para concientizar a la población sobre esta situación y generar cambios.
En 2016 lanzamos #WastedBlood (#SangreDesperdiciada), una potente campaña para mostrarle a Brasil cuánta sangre se desperdicia por puro prejuicio. Para esto, llenamos un camión de cientos de bolsas de sangre (falsa) y lo paseamos por las calles de Sao Paulo. Echa un vistazo a la acción en este video.
Las autoridades intentaron mantener esta situación en bajo perfil, hasta que llegó la pandemia del COVID-19. Con tantas personas donantes quedándose en casa, los niveles de reservas de sangre en todo Brasil alcanzaron un nivel crítico.
Ante esto, la Corte Suprema de Brasil reanudó el debate sobre la medida judicial que exigía levantar estas restricciones para hombres que tienen sexo con hombres.
Igor Lima, activista del sur de Brasil, creó una petición en la plataforma de All Out para exigirle a la Corte Suprema que evaluara esta política. Más de 31,700 personas la firmaron, y funcionó: La prohibición fue eliminada.
Mira el video de Igor:
Poco tiempo después, un colectivo de organizaciones unió fuerzas para crear otra petición en nuestra plataforma, esta vez para exigirle al Ministerio de Salud que implementara la decisión de la Corte Suprema para que todas las personas pudieran donar sangre, respetando todos los otros protocolos de bioseguridad.
En pocos días, más de 15,200 personas firmaron la petición, y sus voces se escucharon: El Ministerio emitió un comunicado oficial con la nueva regulación que fue enviado a todos los centros de donación de sangre del país.
Gracias a la desaparición de estas políticas prejuiciosas, miles de personas, que antes no podían donar sangre, podrán salvar vidas en todo Brasil.